
Pareciera que todo lo comprara y solucionara en la vida, en el hacer, incluso en el pensar y hasta en el crear, pero no es así, ya que habemos quienes nos mueven otros intereses, no diríamos que son altruistas, ni subsidarios, ni… sólo es el querer hacer las cosas bien porque hay que hacerlas bien, comprometidos, con calidad, con consecuencia, con ideales, con amor. Esa es la palabra, amor por el arte.
Pero igual los artistas no vivimos del aire, ni de los sueños, vivimos en la realidad, en el aquí y ahora gestaltico, en que todo círculo debe cerrarse, no dejar cabos sueltos.
Los sueños de los artistas también se concretan con el tonto billete, con ese billete que no sale del bolsillo nuestro, ya que no es un bolsillo de payaso, es un bolsillo del salario para subsistir, para las necesidades básicas, que si no las satisfacemos, -como postula Maslow- jamás vamos a poder llegar a la cima, a la realización personal. Entonces a postular a cusnto fondo concursable existe: al Fondart, a los otros fondos del CNCA, al FNDR del 2% para la cultura (a los que alguna vez llame el Fondart de los picados) o asistir a las “asambleas del subsidio” municipal, en que el más astuto ya se llevó toda la plata, porque casi fue a puertas cerradas y cuando ahora se empiezan abrir, -poquito a poquito- la plata ya no está, se acabó. Y nuevamente empezar todo de nuevo, incluso hasta replantearse la existencia como gestor cultural y empezar a comparar, a autocompararnos, a descalificarnos, a autovalorarnos.
En resumen el que puede puede y a seguir adelante sacando solitos sus propias iniciativas y estar atento, ya que nadie golpeará tu puerta a decirte “¡Aquí te las traigo Piter, ahí teni el tonto billete!”.
Pero igual los artistas no vivimos del aire, ni de los sueños, vivimos en la realidad, en el aquí y ahora gestaltico, en que todo círculo debe cerrarse, no dejar cabos sueltos.
Los sueños de los artistas también se concretan con el tonto billete, con ese billete que no sale del bolsillo nuestro, ya que no es un bolsillo de payaso, es un bolsillo del salario para subsistir, para las necesidades básicas, que si no las satisfacemos, -como postula Maslow- jamás vamos a poder llegar a la cima, a la realización personal. Entonces a postular a cusnto fondo concursable existe: al Fondart, a los otros fondos del CNCA, al FNDR del 2% para la cultura (a los que alguna vez llame el Fondart de los picados) o asistir a las “asambleas del subsidio” municipal, en que el más astuto ya se llevó toda la plata, porque casi fue a puertas cerradas y cuando ahora se empiezan abrir, -poquito a poquito- la plata ya no está, se acabó. Y nuevamente empezar todo de nuevo, incluso hasta replantearse la existencia como gestor cultural y empezar a comparar, a autocompararnos, a descalificarnos, a autovalorarnos.
En resumen el que puede puede y a seguir adelante sacando solitos sus propias iniciativas y estar atento, ya que nadie golpeará tu puerta a decirte “¡Aquí te las traigo Piter, ahí teni el tonto billete!”.