Esta es la frase que se escucha al final de los créditos del excelente documental de Roberto Miranda, San Carlos Carnaval. Uno de los personajes -un travesti- en son de burla y usando un aforismo con los apodos de algunos políticos chilenos plantea sus gustos entre el Regionalismo y el PDC. 






Foto 1: Glen Lizardi, Foto 2: Carlos Carpio El público quedó entusiamado con el estreno de un documental de buena factura estrenado al aire libre en el frontis de un edificio emblemático y Centro Cultural, como es el Museo Regional (Edificio Cormudesi, ex-Intendencia en 1907), más aún al presenciar dos sinopsis (trailer) de trabajos inéditos y próximos a estrenarse ante la comunidad iquiqueña, que pareciera quedo con gusto a poco. San Carlos Carnaval de Roberto -Migraña- Miranda no sólo rescata una tradición que pone en alerta como están desapareciendo por hechos colaterales como la delincuencia y el vandalismo, sino además nos muestra la unidad de una población, de un grupo humano que ha tomado conciencia que los cambios sociales deben hacerse desde las mismas bases, de tomar el toro por las astas, sin espera de que otros le vendan la pomada. Tienen un objetivo claro y definido, trasmitir a sus hijos ejemplos de solidaridad, de trabajo colectivo,"que no se muera el carnaval de la San Carlos, como han desaparecidos otros", el del Matadero, del Morro, y de Cavancha. Migraña va uniendo ideas, de menos a más, va construyendo la narrativa igual como se va construyendo las balsa que llevará el mono al mar. Opinan los pobladores, remarcan la idea los estudiosos, se plasma la verdad con hechos y recortes de diarios. Buenas imágenes que muestra un Iquique desde los cerros, empinado, teniendo como telón de fondo el mar -pareciera otro Iquique- que con una ingeniosa edición y remate de carnaval (título de este artículo) pone el toque humorístico final entre lo social, lo político y lo humano. Vendrán otros estrenos.