
Es una falta de respeto y una invasión a la privacidad la que cada día compañías de teléfonos celulares, carrier, bancos, tarjetas de crédito y grandes tiendas te llaman diciéndote que haz sido favorecido con un plan especial, que se te ha aumentado el cupo, que está el crédito disponible, etc., etc., etc.
En los momentos menos apropiados, en medio de una reunión importante, en una clase, en un evento, en la siesta, irrumpe la llamada indiscreta y perturbadora. Es tan grande la molestia que hay que hacer de tripas corazón -especialmente cuando se esta frente a otras personas- para contestar caballerosa y respetuosamente, mandarlos a la mierda con palabras suaves, que parecieran que no entendieran ya que a los días de nuevo siguen introduciéndose en la privacidad de los teléfonos fijos y celulares. Y es tanta la patudes que te preguntan en que horario no interrumpirían. Uno le dice lo que se le ocurre y pareciera que lo graban y llaman, llaman.
¿Quién les vendió la base de datos?, ¿Quién es el que cree que por teléfono van a enganchar clientes?. Pero lo hacen, si, a las personas más humildes las envuelven con su labia de tal manera que hacen que diga que si, “ya ok, estoy de acuerdo” (sin estarlo, ni entender nada) y al mes siguiente les llega la cuenta de un nuevo carrier, de un nuevo plan… Son enfermantes, estresan a cualquiera y hacen perder la compostura al mas tranquilo, pero ellas (os) los promotores no están ni ahí.
Debiera existir una prohibición y una multa, pero los pillos se protegen, ya que si uno ve el visor de su teléfono, sus números no quedan registrados, son privados. Ellos tienen derecho a la privacidad, uno a que los soporte. Estamos en la era de la tecnología, del mercadeo y hay que vender sea como sea.
En los momentos menos apropiados, en medio de una reunión importante, en una clase, en un evento, en la siesta, irrumpe la llamada indiscreta y perturbadora. Es tan grande la molestia que hay que hacer de tripas corazón -especialmente cuando se esta frente a otras personas- para contestar caballerosa y respetuosamente, mandarlos a la mierda con palabras suaves, que parecieran que no entendieran ya que a los días de nuevo siguen introduciéndose en la privacidad de los teléfonos fijos y celulares. Y es tanta la patudes que te preguntan en que horario no interrumpirían. Uno le dice lo que se le ocurre y pareciera que lo graban y llaman, llaman.
¿Quién les vendió la base de datos?, ¿Quién es el que cree que por teléfono van a enganchar clientes?. Pero lo hacen, si, a las personas más humildes las envuelven con su labia de tal manera que hacen que diga que si, “ya ok, estoy de acuerdo” (sin estarlo, ni entender nada) y al mes siguiente les llega la cuenta de un nuevo carrier, de un nuevo plan… Son enfermantes, estresan a cualquiera y hacen perder la compostura al mas tranquilo, pero ellas (os) los promotores no están ni ahí.
Debiera existir una prohibición y una multa, pero los pillos se protegen, ya que si uno ve el visor de su teléfono, sus números no quedan registrados, son privados. Ellos tienen derecho a la privacidad, uno a que los soporte. Estamos en la era de la tecnología, del mercadeo y hay que vender sea como sea.