


Carta renuncia*
La Habana, CUBA, 19 de febrero del 2008.
Queridos compatriotas ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo de Estado, su Presidente, Vicepresidentes y Secretario.
Desempeñé el honroso cargo de Presidente a lo largo de muchos años. Antes había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años.
Conociendo mi estado crítico de salud era incómoda mi posición frente a un adversario que hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada me agradaba complacerlo. Pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento.
A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe. Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer. Lo explico sin dramatismo.
El camino siempre será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse.
No me despido de ustedes, deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Gracias
Fidel Castro
* Este es sólo un resumen. La carta completa puede leerse acá.
Queridos compatriotas ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo de Estado, su Presidente, Vicepresidentes y Secretario.
Desempeñé el honroso cargo de Presidente a lo largo de muchos años. Antes había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años.
Conociendo mi estado crítico de salud era incómoda mi posición frente a un adversario que hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada me agradaba complacerlo. Pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento.
A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe. Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer. Lo explico sin dramatismo.
El camino siempre será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse.
No me despido de ustedes, deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Gracias
Fidel Castro
* Este es sólo un resumen. La carta completa puede leerse acá.