domingo, diciembre 17, 2006

¿Lo gay es una moda?

Pareciera que con el retorno a la democracia la apertura a los cambios socioculturales se manifestara en el arte concretamente con la abolición de la censura, detonando en hechos sociales como la expresión explicita de libertades individuales creativas frente a la forma de comunicar. Esto ha permitido que el arte se manifieste en todas sus formas desde lo estético, lo rebuscado, hasta lo más bizarro, como pareciera también que más fuertemente se expresaran las discriminaciones a las minorías con el propósito de imponer la ley del más fuerte: racismo, xenofobia y homofobia.

En los años 80 en el campo del cine, del teatro y la literatura, el arte se manifestó con los discursos propios para denunciar la opresión con historias de exilios, de adaptación social a otras realidades, de retornados, las consecuencias de la represión, como los dolores y las penas no mitigadas. Hasta se llegó a creer que el arte en todas sus especialidades solo era pena y dolor de un recuerdo que marcó la vida de los chilenos.

Pareciera que ahora, tal como pasó hace 25 años atrás en España se hubiesen develados los tabúes sexuales y los temas que con un Rumpy con un lenguaje cada día más vulgar mostrara solo la punta del iceberg de los dramas más recónditos de la sexualidad de la fauna chilena.

No lejanos a esta apertura de criterios y de temática se ha impregnado la actividad teatral iquiqueña y es en esta área del arte donde se ha desarrollado una nueva dramaturgia sin censura: el tema de la homosexualidad y el travestismo desde la caricatura gay hasta el dolor de una vida reprimida por los prejuicios y la aceptación de su propia realidad y del entorno. Solo basta mirar la cartelara teatral local.