Al leer el otro día el blog de alguién conocido, me llamó mucho la atención lo que reflexionaba sobre si mismo, por lo tanto lo transcribo tal cual está:"Después de conversar seriamente con mi asesor de imagen llegamos a la conclusión que el blog no puede seguir en la onda ambigua, da como para pensar, algunos diran "¿será hueco o no el que escribe?, ¿Se le quemará el arroz?, ¿ Atornillará al reves?. 
En fin he llegado a la conclusión que un periodista gay sólo se puede dar en grandes capitales y para ser un Pasalacqua o un Castel tengo mucho que aprender, sobre todo a no discriminar y aceptar a las personas tal cual son. 
Así que he decido hacer un giro ¡Zas! en 360º y ser lo que soy, un pendejo, morenito, guatón, con una hija, medio cagao económicamente, mamón. ¡Es lo que hay no más!. Y como dice mi psicoterapeuta personal, tengo que ser autentico, que no debo mentir y sacarme las caretas.
Creo que no me viene la onda gay, ya que para nada soy refinado, no se nada de glamour, ni de arte, soy más bien bacán, ordinario, popular, del montón: me gusta el fútbol, las parrilladas, las chelitas, el webeo de la animación, el humo, el olor a sobaco, las minas. Algunos dirán que hay muchos maricones casados y con hijos, pero les aseguro -cruz pal cielo- que este no es mi caso y que todo ha sido otra forma de reirme de la vida."
Lo mismo digo yo, "no escupas para el cielo...