Yo soy la que falta, la que
no está presente en el frontis del Teatro. Soy la cuarta musa ausente a vista y
paciencia de la comunidad. Guardada ya hace años, esperando también a que
me den una manito de gato. ¡Espero
que por ser mujer no vulneren mis derechos ni los de mis hermanas!
Hemos sido vigías. A pesar de no ser de fina estirpe, ni de
mármol, ni de fina madera, hemos visto pasar la historia de Iquique. De los iquiqueños
pobres y encopetados. Hemos visto como desde estos balcones se han
enarbolado discursos de futuro esplendor…
Supe siempre que llegaría el día "D". Ese donde se entregue la llave a la empresa que restaurará el inmueble, el día que nos maquillarán la fachada de bellos colores, que a nosotras nos pulirán, nos sacaran kilos de yeso y pintura para quedar esbeltas como siempre fuimos, no con este sobrepeso como nos ven desde abajo.
Lamentablemente con mis hermanas siempre hemos estado de
pie, erguidas, pero si pudieran, me lo han dicho, que ahora se sentarían
a ver si efectivamente empieza la restauración. Porque si no... bajaremos
en las noches de luna llena, nos sacaremos las túnicas y desnudas en son de protesta, correremos una y otra vez por el túnel
de chorros de agua del reloj.
¡No hay nada más que moleste a las personas y a las autoridades,
que la gente proteste sin vestiduras de tintes políticos!. Así
todos iguales, vestidos solo de piel, de izquierda, derecha, centro,
tuertos, bizcos, ojos de lince, con pelos o sin pelos, con tetas o con pirulas,
iquiqueños y foráneos desnudémonos. Las musas debemos dejar nuestro
estado contemplativo, ya que esto no da para más...
De las “cuatro estaciones”, una se fue a bodega sólo quedan
tres... (Emulando "Eran
10 perritos...")