Impactado he quedado con el
fallecimiento del arqueólogo y Director del Museo Regional de Iquique, don
Francisco Téllez Cancino, antofagastino, quien se nos fue como se van los
hombres buenos, sin avisar, de pronto, dejando las puertas abiertas y a su
familia -de la cual estaba muy orgulloso- desconsolada.
Aun cuando Pancho no era
iquiqueño nos conocía a todos, conversaba con todos, en su espacio, el Museo de
calle Baquedano. Era reacio a la
parafernalia de los eventos públicos o protocolares quizás por eso no reconocido
por la farándula iquiqueña.
Con su libretita de apuntes, su ayuda memoria para no olvidar nada: “la
memoria es frágil” decía, anotaba nombres, circunstancias y personajes que le
visitaban diariamente.
Con su imagen bonachona, de
hombre bueno y sabio, siempre estaba dispuesto
a escuchar y comprometerse con diferentes proyectos e iniciativas culturales en
beneficio del patrimonio nortino, creía que el mundo podía cambiar, que las
cosas serían mejores y que el ser humano cuidaría su entorno.
Los que lo conocimos estamos
muy tristes, como niños a quienes le
dicen de pronto que el “viejito pascuero” ya no existe, que se fue para no
regresar jamás. Adiós Francisco, como
tu van quedando pocos…