Durante el siglo XIX, varios grupos
de indígenas americanos, entre ellos chilenos, fueron capturados y exhibidos en
Europa en los llamados “Zoológicos Humanos”, una atracción importada, que a los
productores nada más importaba que llenarse sus bolsillos.
“Calafate” es un documental que
muestra a los realizadores del audiovisual efectuando el mismo trayecto de
nuestros antepasados, personas con sus derechos vulnerados. El equipo recorre Arauco, la Patagonia, Tierra del
Fuego, Roma, París, Londres, Bruselas, Hamburgo, Berlín, Zürich buscando y
encontrando sus huellas. Donde no sólo identificaron a los responsables de sus
padecimientos, enfermedades, abusos sexuales y muerte, también encontraron sus
restos. Existían, no eran leyenda, estaban allí en un Museo sus osamentas
que ahora reclaman sus descendientes.
Para los iquiqueños que vimos hace
poco en nuestra ciudad las obras de teatro “Jemmy Button” de la Compañía
Trío Banda con la historia de un niño Yagan que es llevado a Inglaterra en el
año 1830 y “Extranjero, el último Hein”
de la Patogallina que trató de un joven Ona, llevado a Francia a exhibirlo en
la exposición mundial de París en 1889, por supuesto que este documental es
complementario, fundamental y revelador. Nos permite darnos cuenta que el
teatro muchas veces no es fantasía, generalmente se basa en la realidad, en
nuestra historias con un lenguaje estético -sin
dejar de lado el concepto de espectáculo-, aún así relata hechos crudos,
inhumanos.
“Calafate” además de documentarme
fidedignamente sobre lo que ya había presenciado en teatro, me recordó frases
celebres de personajes chilenos de esta época, como que “los niños down no son humanos”, o la definición sobre quienes no
compartían una ideologíacomo “humanoides”.
Creerse superiores a otros, el discriminar, el imponer nuestros criterios,
menoscabar a los débiles, hacer bulling
es un mal que los seres humanos tenemos incrustado desde tiempos
remotos, razón por la cual ha tenido que
normarse, crear leyes, proteger nuestros derechos humanos, etc.
El documental dirigido por Hans
Mülchi abre muchas puertas, que deben ir cerrándose para siempre, las de estas
familias que encuentran los restos de sus seres desaparecidos, la de la incertidumbre
si son o son sus parientes, el del silencio y de la complicidad de las
autoridades de la época, el del dolor
del reencuentro con la verdad y la rabia.
Ampliamente recomiendo este trabajo, sobre todo a quienes ya conocieron
esta realidad con las obras de teatro antes mencionadas. Estará en exhibición desde el 2 de Septiembre
en la Sala de los Estibadores de calle
San Martín y el jueves 5 a las 19:00 horas se contará además con la presencia
de Christian Baez, uno de los investigadores
del documental.