
Mientras el cura negro oficiaba la misa en un patio con árboles, flores y los pajaritos trinaban iban llegando los amigos de Tommy a despedirlo. Todos lo querían. Me acordé que él nunca le negó un favor a nadie, siempre atento, preocupado por los demás. Asistía a ver a los enfermos, acompañaba a los familiares de sus amigos fallecidos… el cura no estaba al azar allí en la misa, me recordaba a San Martín de Porres.
Trabajó tantos años en los Tribunales de Justicia de Iquique que no les quedó otra cosa que jubilarlo casi a la fuerza. Fue un excelente funcionario público que además ganó diversos concursos internos de poesía. Por no querer usar lentes ópticos tuvo caídas y piernas rotas. A veces reconocía a las personas casi frente a él. Tenía su propia filosofía de vida, primero estaban los demás, sus sobrinos, sus hermanos y mucho después él, pero así era feliz, haciendo yoga, actuando, cantando en los matrimonios, y solucionándole los problemas a otros, -incluso desconocidos- a tantos y por tantos años…
Pero también fue nuestro amigo actor, más de 40 años en las tablas primero con Jaime Torres, luego con el TIUN y el TENOR. Él se preocupaba de llenar la sala. Tenía tantas amistades que las salas de calle Baquedano y Sotomayor siempre estuvieron llenas. Actuó en “Te llamabas Rosicler”, en “Las Pildoritas Mágicas de la Bisabuela”, en “La Nona” y tantas otras, además también fue folclorista del Instituto Comercial y del Baile de los Pastorcitos…
¿Quién puede decir algo negativo de Tommy?, nadie. Una excelente persona, que el destino quiso que se juntara con los otros teatristas que se reúnen los eneros para armar el puzle de la vida. En este enero se nos fue también Sonia Pavez (En Pichilemu), en otros eneros el Litto Zuñiga, el Willy Zegarra… Si la tercera edad celebra el haber pasado agosto, los teatristas empezaremos a celebrar el haber pasado enero.
Tommy Rojas que mejor puesta en escena para despedirte de la vida, la naturaleza plena y un cura recordándote la Pascua de los Negros a la cual este año no pudiste asistir. Un gran aplauso de los teatristas iquiqueños para ti. ¡Mierda, mierda, mierda!.