martes, agosto 04, 2009

CISARRO KID

Érase una vez… como en las antiguas películas del lejano oeste cuando los indios mataban a la familia entera y el niño que había logrado escabullirse escondiéndose en el entretecho o bajo la cama tomaba el rifle matando a todos los forajidos. Eran niños valientes, choros, de película. La realidad es más que una película del oeste, la realidad es nuestra de cada día.

Muchos (mejor dicho todos) alzan la voz cuando la leche esta derramada, pero cuando la sociedad se comporta como una madre ambivalente es cierto que hay hijos con rasgos esquizofrénicos, o por lo menos inadaptados sociales. Así se van construyendo identidades. Nuestra sociedad chilena se caracteriza por su doble estandar, por un lado permite y aplaude conductas inadecuadas en los niños, "mijito hágale a los tíos un perreo", colalet para niñas de siete años “que entrete miren la novedad”, padres que parrandean hasta altas horas de la madrugada y se levantan a las 2 de la tarde recién a cocinar… miles de ejemplos que son dignos de Ripley (el de los record), y si le sumamos la publicidad de la televisión y callejera permitida por las autoridades con desnudos a plena luz del día, que luego después de un santiamén olvidamos que existen, implorando al cielo las penas más duras del infierno para los pedofilos, los delincuentes infantiles, los boullingeristas, los fotolog casi eróticos de niñitas y niñitos que imitan a sus desnudos artistas del Yingo, Maquina Infernal, y otros programas pretty baby.
“El Carlitos ya tiene 10 años pololea con la vecinita de 8”, “ya le enseñé a manejar, por siacaso le pasa algo a la Mary que no sabe”. Todos aplauden a estos padres -que no son de estratos sociales bajos-, que no venden droga, que no la consumen, que tienen profesión ABC1, que felicitan a sus niños que “ya han crecidos” y ellos pueden salir tranquilos en las noches y ya no gastar en nanas que los cuiden. ¿Son familias disfuncionales estas familias que son el pilar de la sociedad?. ¿Qué es bueno o qué es malo?, un día es A al otro B. En la casa se le dice y cuenta un cuento en prevención, en la escuela otro cuento, en la televisión –su niñera- otro, los amigos otro. Hay una inconsecuencia enorme, un doble discurso institucionalizado desde la base y lo peor desde esa base, que es la base, la bien constituída, de la que se horroriza de lo que sucede con los pobres.
Si a los 7 años no podía decir cigarro y decía “cisarro”, ¡por la que era entretenido!, si hasta los carabineros lo apadrinaron. En el Sename los tíos encontraban “choro” al cabro chico, “agrandado el pergenio”, “ahora se porta bien, démosle tele”, “que baile regaetton con las niñitas", "que vea El baile en llamas", "los realites, así lo integramos a la sociedad". "Es preferible que no sepa que existe el castigo", digo alguien que maneja el tema de la reinserción, "lo que hizo es malo, pero es niño, no debe castigársele, hay que modificar la conducta por otros medios".
¿Pero… que no sepa que es el “castigo” reafirmando conductas ambivalentes, raras, bizarras, inadecuadas?. Damos más de lo mismo: puerta giratoria, en este caso con carrusel para que vea los caballitos y se entretenga con la música. Los monstruos los formamos nosotros mismos. Como dice Foucault los que están en el poder siempre necesitan que exista en la sociedad un dominador y un dominado para beneficio de sus intereses y el cuerpo lo manifiesta. ¿La resiliencia sería entonces como la democracia, pura demagogia para el flash?. ¿Cuántos cambian? ¿A qué juegan los niños?, ¿Ha nacido un nuevo líder infantil? Ahora en los colegios hay un nuevo juego “infantil” impuesto por la tele: Cisarro contra los gogo.