
Hacer “crítica de arte” en una ciudad donde las manifestaciones artísticas se realizan por vocación, por amor al arte y donde cada cual busca los recursos en los diversos "concursos" para poder materializar sus proyectos, hay que tener tino. No sólo es ser choro, audaz, mostrarse desnudo en Facebook o abiertamente dar a conocer sin tapujos su orientación sexual. Hay que pensar que vivimos en un ciudad pequeña en que los que se sienten aludidos asustan con poner querellas que jamás llegarán a algún lado. Hablar de querellas por algo que se puso en Facebook, que el semanario (de papel) “Choxota” publicó en su sitio web nacen siendo absurdas y absurdo es bajarlas de la Internet por miedo de los “tan choros”. Lo que es malo para algunos es bueno para otros y cuando hay juicios de valor es difícil cuantificar, es personal.
Me acuerdo que hace tiempo atrás (años) un integrante de una compañía teatral escribía en un diario local y empezó con el cuento de la “farándula iquiqueña”, donde los protagonistas eran la gente de teatro, arte, etc., duró lo que dura la flor de un día. Todos fuimos a reclamar al director del diario y se acabó el cuento, pero lo que quedó escrito está en la hemeroteca de la Biblioteca Nº 182 de Iquique y en la Biblioteca Nacional en Santiago y en la memoria. Ya fue. Ahora lo que comenta Pipe Kisch es muy cierto, como es cierto que sobredimensiona la escueta actividad teatral que hacen sus amiguis “profesionales”. ¿Pero quien es profesional?, ¿El que estudia en Santiago y hace dos cositas en su área y se tiene que venir a una ciudad de aficionados o vocacionales a enrostrarles en la cara su mediocridad?, ¿O no saber que para hacer teatro en educación, o en un colegio hay que ser “profesor” además de saber de teatro?. Sonia y Juan Carlos son docentes, Sonia siempre ha sido docente (Educadora de Párvulos, con pasantías en Teatro), trabajó por años como profesora de teatro escolar en la Escuela Artística y Juan Carlos (actor y músico desde adolescente) se perfeccionó y tiene su título de Profesor de Educación General Básica y Licenciado en Educación y es más… es Jefe Técnico Pedagógico de un establecimiento educacional. Y por último, cualquier persona que lleve más de 5 años “ininterrumpidamente” haciendo teatro, bueno o malo (decente o indecente como dice mi amiga Gloria Canales), tiene la experiencia adquirida que le dan las tablas. Si tienen público, seguidores y forman a otros con su estilo y técnica (errada para algunos), es evidente que lo han sabido hacer y sólo eso para mí los valida, merece sacarse el sombrero ante ellos. Han formado su propio nicho, que muchos otros no tienen y si no van a “cursos de perfeccionamiento” es cosa de ellos.
Los medios de comunicación cubren los haceres de todos por igual, no hacen diferencias, todos somos iguales para la mass media. Sabemos bien ( los que tenemos más de tres dedos de frente)que quien tiene más artículos en los diarios no significa que sea el mejor, ni quien viaja sea el mejor, ni quien pública sea el mejor. Las informaciones o notas de prensa uno mismo las manda escrita, así es la realidad de los artistas en las ciudades pequeñas. ¿Maza critica?.
En resumen: para lanzar piedras, no hay que tener techo de vidrio, ni menos esconder la mano. Te acusan, te da miedo y por lo tanto te autocensuras y la censura limita la creatividad. La cosa no es creer que en el país de los ciegos el tuerto es el rey, hay que conocer y conocerse, hay que ser consecuente consigo mismo y eso te hacer ser creíble. Caerle bien o mal a otros, ser un pesado de mierda o ser súper buena onda, es sólo juicio de valor de quien emite su opinión y todos tenemos derecho a hacerla, ojala sin el miedo cobarde, por que éste es el miedo que nos autocensura.