miércoles, junio 27, 2007

Chao Hilda

Agradecimientos de despedida

Iquique, 27 de junio del 2007
En nombre de nuestra pequeña familia quiero dar las gracias a todos quienes nos han manifestado su más sinceras condolencias, a la comunidad de la Iglesia Metodista, a los vecinos, a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los familiares, a todos, que con un “te quiero”, un apretón de manos o unas letras saben que éste es un momento de gran tristeza, pero también un momento de alegría.

Fueron casi cinco años, cinco años donde una enfermedad sumada a otras te fueron apagando poco a poco, y que tu no querías molestar ni causar problemas. Pero el tiempo de permanencia no lo determina uno como te lo dije siempre. Y así se fue, fue cuando debía ser. Tranquila frente a nosotros, rápido, sin causar problemas, y feliz, escuchando que tenías un pastor que te cuidaría en delicados pastos y te fuiste.

Pero mamá, no puedo despedirte sin manifestar públicamente lo agradecida que siempre estuviste de Mirtha, de Blady, de Katy, de Jacqueline y en los últimos tiempo de mi papá, y tu sabes que yo me sumo a ese agradecimiento. Ya que sin ellos, sin ese cuidado constante, esa preocupación y ese cariño que no te faltó nunca en estos cinco años, hubiera sido muy, muy difícil para mi. A todos ellos y en especial a mi hermana, muchas, muchas gracias.

Hildita, bonita, sencilla, abnegada, fiel, protectora, por fin descansas en paz y nos dejas tranquilos, unidos y satisfechos, sabiendo que estarás siempre con cada uno de nosotros en todos los momentos que restan de nuestras vidas.
Se despiden de ti: el Willy, la Mirtha, el Blady, el Cristian, la Catherine, la Jacqueline, la Camila, el Sebastián, el Fernando, el Félix, la Ofelia y yo.
Chao mamá...