jueves, enero 24, 2008

Los huevos en distintas canastas...


Los festivales de teatro, con o sin lucas.

Son varios, pagados algunos, gratuitos otros. Partiendo por el Festival de Santiago a Mil (A mil por horas), responsabilidad de la productora Carmen Romero –esposa de un actor- con el respaldo de una “corporación particular” formada por personalidades del mundo teatral nacional, Delfina Guzmán, Alfredo Castro, Ramón Griffero, etc.). Es un festival pagado -y esnobista- para los santiaguinos que durante el año no ven ni una obra y en verano hacen filas para entrar a los diferentes eventos y estrenos profesionales nacionales y extranjeros y que auspiciados por algunas mineras traen obras de peso a las regiones como una extensión del evento al “país”.

Más cerca nuestro tenemos el Festival de Teatro Sicosur, en Antofagasta, con un costo de 35 millones de peso, pero gratuito para los antofagastinos y en cuatro escenarios simultáneos: Teatro Pedro de la Barra, Parque Croata (al aire libre) Teatro Municipal y Colegio Alemán). El público 2 horas antes ya hace filas para tener buena ubicación y las entradas se empiezan a entregar a fines de diciembre. Participan grupos extranjeros, nacionales y de Antofagasta que generalmente son estrenos. Este evento lleva 10 años a cargo de la “Corporación Cultural Pedro de la Barra” formada por destacados actores de la segunda región.

En Iquique tenemos varios festivales cada uno en distintos etapas de existencia, a cargo de distintos grupos teatrales: Teatro No Más, Teatro Antifaz y Teatro TEA.

El festival de Abraham.-

Fintdaz, Festival Internacional de Teatro y Danza, que se realizó por primera vez a fines de noviembre, promoviéndose como el primero y único evento de esta especialidad, teatro y danza. Esta a cargo de Abraham Sanhueza y apoyado por las personas que componen el Teatro Antifaz que el dirige y maneja. Fue financiado por la Municipalidad de Iquique y según la publicidad impresa un gran número de auspiciadores. Evento al aire libre (Frontis del Teatro Municipal) con un módico valor por entrada pero que en los últimos días terminó siendo gratuito para la comunidad. Poco público, grupos nacionales y extranjeros con poca experiencia, salvo excepciones. Muchos problemas de audio e iluminación.

El festival de las chicas.-

La segunda semana de enero dos eventos casi simultáneos, el primero fue el Festival Internacional Upa al Teatro -en su séptima versión-, en igualdad de condiciones que el anterior, al aire libre, con apoyo de la municipio (luces, sonido) pero con financiamiento del Fondart (7 millones). Esta a cargo de Luisa Jorquera y Sonia Castillo apoyado por jóvenes integrantes del grupo TEA que ellas dirigen y manejan. Una parrilla de programación con tres grupos que no llegaron y que molestó al público, se pagó una módica entrada de mil pesos diariamente. Tuvo mejor asistencia de público que en las versiones anteriores que se llevaron a cabo en el interior del Teatro Municipal. Algunos grupos buenos, pero otros dejaron bastante que desear como el grupo de teatro infantil de las Islas Canarias. Eso si que el público reconoce que en esta versión la calidad de los grupos fue superior que años anteriores. Lo más rescatable del UPA fue la presencia silenciosa de don Sergio Arraú, dramaturgo chileno, radicado por mucho tiempo en Lima, autor de la obra Santa María del Salitre. Toda una personalidad que venía acompañando a la Escuela de Arte Dramático de Lima, Perú.

El festival del Moncho.-

Simultáneo al UPA en su tercera versión – en un año, me parece- del Festival de Teatro Infantil, que organiza Ramón Jorquera y el grupo No Más. Obras repetidas, ya estrenadas anteriormente. Valor de la entrada mil pesos. Se llevó a cabo en el interior de la Sala Veteranos del 79. Escasa asistencia de público el primer día. Buena publicidad, original afiche y cobertura de prensa que son los antecedentes necesarios para incorporar al dossier de una futura presentación al Fondart para su cuarta versión, que es como evidente.

La gente asiste a lo gratis.-

Hace pocos días atrás salió en La Tercera que el boom de público en Santiago a Mil fueron los espectáculos gratuitos, como lo ha sido en Antofagasta, al cual asistí y estuve que estar dos horas antes de cada función. Creo que cuando hay respaldo económico y los festivales pretenden ser masivos y dar otro enfoque al verano, debieran ser gratuitos. El ejemplo de los resultados esta a la vista. Lo otro son las Corporaciones que se hacen cargo del evento y no grupos específicos dónde la responsabilidad directa es del director de una compañía y no de un directorio. Hay más respaldo de las empresas, se puede ir de veedor a otros eventos, conocer de antemano la calidad de las propuestas, ya que los dossiers y los videos aguantan muchos y los arreglos se hacen a las mil maravillas y la realidad dónde las papas queman, es muy diferente. Si en cada ciudad, cada grupo de teatro por demostrar que se la puede más que el otro realizara cada uno de ellos su propio festival, la calidad cada día iría decayendo. Ya no importaría cómo el espectáculo, sino que el grupo venga de otro país y si es más lejano mucho mejor, más impacto.

Leí que la Comisión Cultura del municipio también desea realizar un Festival de Teatro y dispone de fondos para ello, ¿otro festival más?

Sobre los huevos.-

Creo que la ganancia en el arte no es como en economía de poner los huevos en distintas canastas, sino en aunar voluntades, sobretodo recursos, dar confianza a las empresas. Tantos festivales demuestran a un lector de fácil comprensión que hay rivalidades manifiestas. Todos postulan para su realización al Fondart, todos acompañan sus dossiers con recortes de diarios, fotos, etc. Y cada cual cuenta su realidad, todas más exitosas que las otras y no es así realmente, es un engolosinarse asimismo, premiarse asimismo, no sacarse la careta para ver como es la realidad en las capitales más grandes del país -y eso que las conocen- (Puerto Montt, Valdivia, Chillán, Santiago, Antofagasta). Lo que hace falta -ya que quienes organizan estos eventos no ganan dinero, sino prestigio- es una sólida “corporación cultural”, que se asesore y asocie con las corporaciones que tienen experiencia, como ser Sicosur, o con Santiago a Mil. Esta asociatividad serviría para que los grupos de prestigio recorrieran el país bajando los costos de traslado y producción. Otra actividad que sería recomendable efectuar por esta corporación es la asistencia y participación en los “workshop” paralelos al festival de Santiago que se realizan cada año con oferta de todos los festivales del mundo, así Iquique podría poner su stand también, dar a conocer sus potencialidades en otras latitudes donde constantemente se realizan estas promociones culturales.

Hay que aumentarle el pelo a nuestros festivales, disminuir los egos e "invertir" en cultura seriamente, ganaríamos en recursos humanos, financieros y sobre todo en calidad.